Este tiempo de crisis ha venido a revelar mucho de nosotros los seres humanos, primeramente nuestra fragilidad, cuando nos vemos enfrentando situación que no están bajo nuestro control evidenciamos la inestabilidad y nos caracteriza ese sentimiento de desprotección y vulnerabilidad.
Hace unas semanas atrás viví la experiencia jamás imaginada, ni para mí ni para mi familia, hoy quiero compartirles algunas lecciones que aprendí.
Siempre creemos o damos por sentado que cada día nos levantamos, hacemos nuestros quehaceres, vamos al trabajo y al final del día regresamos a casa con nuestra familia; escuchamos hablar de accidentes, de tragedias, de situaciones que les pasan a otros, pero nunca pensamos que un día podemos ser los protagonistas de una situación que te cambia todo.
Hace unos días atrás yo lo experimente y en mi desesperación, en mi angustia, sin saber qué hacer, de lo único que estaba segura era que necesitaba sentir a Dios, a mi Padre; no entendía lo que estaba pasando, quería pensar que era una pesadilla y lo único que quería era despertar.
En mi mente no dejaba de orar, de hablar con mi Padre y decirle ayúdame, te necesito… y en el momento que pude lo que hice fue tirarme al piso y llorar y llorar, no sé cuánto tiempo, pero de algo estaba consiente no podía llegar al punto de descontrolarme. Me levante, le pedí las fuerzas para controlarme, respire profundo y esta fue mi primera lección puesta en práctica:
* Traer a memoria y declarar todos los versos bíblicos que me sabia;
- Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?. Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
- Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. (Salmos 27: 1-4)
- Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia. (Salmos 59:7).
- Etc.
* Mi segunda lección, el día a día te absorbe, y si eres como yo, quieres que todo este perfecto, que tu esposo y tus hijos actué y hagan de la forma que esperas, sino hay problemas. Te despides de tus seres amados dándole instrucciones y no mostrándoles cuanto los amas.
* Tercera lección, gracias a Dios por los Hermanos – Amigos. Eso marco mi corazón, el saber que hay personas que han aprendido a amarte y apoyarte, bien dice la Biblia: En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. (Proverbio 17:17)
* Cuarta lección, esta situación vino a exponer la vulnerabilidad de la familia al verse afectada, la familia debe estar preparada para continuar haciendo lo que deben hacer. En las empresas se llaman plan de continuidad de negocio, preguntémonos, hemos preparado a nuestra familia si yo llegase a faltar para seguir adelante?.
Dios ha sido bueno, me dio la fuerza, la fortaleza para soportar, me liberó de mi angustia y lo más reconfortante fue abrazar a los míos, mi esposo, hija, amigos – hermanos. Hoy les comparto de mi corazón esta experiencia para que puedan reflexionar sobre cómo vivimos nuestros días.
Un abrazo de su amiga y hermana
Astrid Sequeira