- Se dice que el tiempo es un atributo que nunca vas a ser capaz de poder recuperar. Una vez que has perdido el tiempo, se ha perdido para siempre. Lo que tú has vivido ya no lo puedes volver a vivir.
- Así que la mejor cosa que tú puedes con el tiempo es usarlo de una manera, de una forma en que te pueda dar el máximo rendimiento y lo más grandes resultados.
- La mejor manera, la única manera, de poder usar el tiempo de una manera efectiva, es hacer lo que debemos hacer y hacerlo en el tiempo en que estamos supuestos a hacerlo.
- La efectividad no significa sólo hacer buenas cosas, sino más bien, hacer las cosas correctas. Porque es posible hacer aquello que es bueno, pero que también no es correcto, es decir, es posible, hacer cosas buenas, pero que no son las mejores cosas, de acuerdo al propósito que Dios tiene para nosotros.
- Conocer nuestro propósito nos capacita para dejar de desperdiciar nuestra vida y comenzar a cumplir nuestro propósito con todo nuestro potencial.
- La manera más grande y más fácil de destruir a alguien es desviar a esa persona de su verdadero propósito.
- El propósito de Jesús, fue reforzado desde su nacimiento, a sus padres terrenales les fue dicho la razón por la cuál Él nació. De niño, adolescente y de joven, la gente al pronunciar su nombre “Salvador”, no era solo su nombre, afirmaba la razón de Su existencia terrenal, y creció con ese propósito.
- ¿Cómo puedes descubrir lo que es correcto? Hay siete principios de propósito que debes descubrir para usar correctamente tu vida:
- Dios es un Dios de propósitos.
- Dios creó todo con un propósito.
- No todo propósito es conocido para nosotros, debido a que hemos perdido nuestro entendimiento de la intención original de Dios para nosotros.
- Donde no se conoce el propósito, el abuso es inevitable.
- Para descubrir el propósito de algo, nunca le preguntes a la creación; pregúntale al creador.
- Sólo podemos encontrar nuestro propósito en la mente de nuestro creador, la Biblia contiene la mente de Él.
- El propósito de Dios es la clave para nuestra realización.
P.Gerardo Ampié
